26 nov 2010
Aquel lugar a donde van todos los deseos
Tiene una perdida mirada que se desplaza por todo el público que se ríe y no para de reir. Una risa desagradable, poco chistosa. Una risa irónica e insensible. Él es fuerte y valiente y no llora. Su amo le dijo que no debía llorar. Su amo le enseñó que los payasos no lloran, divierten. Él se lo creyó y fue guardando en algún lugar de su corazón todas esas lágrimas que nunca pudo dejar caer. Todas las palabras que nunca pudo decir. Todas las veces que quizo hablar y nunca les salieron las palabras. Todo todo todo lo tiene guardado, en algún lugar de su corazón...
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